Debemos incluir forrajes de buena calidad para evitar dietas altas en fibra detergente neutra.
Autor: Dr. Leonardo De Luca, Profesor Titular de la Cátedra – Producción Lechera UNLZ
Vacas próximas al parto utilizan calcio sanguíneo para la síntesis de calostro, aumentando la secreción de 1,25 (OH) vit.D3 y elevando la absorción intestinal.
Las dietas acidógenas provocan una elevación pasiva, siempre que el calcio se encuentre en altas concentraciones a nivel intestinal.
Es importante señalar que una dieta muy elevada en fósforo produce una hiperfosfatemia, la cual deriva en una alteración en la síntesis renal de 1,25 (OH2) colecalciferol, por lo cual están frenados los mecanismos activos de absorción intestinal o renal.
Función renal
El pH urinario está regulado en rumiantes por la excreción de bicarbonatos y amonio, produciendo orinas alcalinas, siendo esto diferente a otras especies que utilizan los fosfatos para regular el pH urinario.
Sin embargo, a pesar de su particular mecanismo, el riñón cumple igualmente sus funciones en la regulación del equilibrio ácido base y metabolismo mineral.
Un balance aniónico que produzca acidosis metabólica puede aumentar la excreción renal de calcio, por lo tanto, se incrementa inmediatamente la concentración de PHT (paratohormona) y de 1,25 (HO2) colecalciferol, y con ello, la resorción intestinal de calcio y aumento importante en la resorción ósea.
Resorción ósea
La movilización del calcio de los huesos resulta imprescindible para el mantenimiento de la calcemia cuando los requerimientos son drásticamente aumentados. Cuando el balance catiónico / aniónico de la dieta está reducido provoca una acidosis metabólica (mecanismos directos) y, en consecuencia, un aumento de la resorción ósea.
El hueso posee tres tipos de células: osteoblastos, osteocitos y osteoclastos. Estos últimos son los encargados de producir la resorción.
Este mecanismo está bajo el siguiente control:
1- Hormona PHT y 1,25 (OH2) vit D3.
2- La actividad lisosómica y mitocondrial se incrementa en los osteoclastos durante el proceso de la resorción.
3- Un pH óptimo para la acción de las enzimas succinato deshidrogenasa y fosfatasa ácida.
4- Formación a nivel del citoplasma de los osteoclastos de ácido láctico y hialurónico.
5- Una disminución del pH local, contribuye a un aumento de la actividad de la fosfatasa alcalina isoenzimaósea con aumento de la disolución mineral.
Es muy importante tener en cuenta que cuando las raciones están elevadas en contenido de cationes y son suministradas a las vacas durante el preparto, el hueso no responde a los estímulos hormonales que inducen la resorción ósea.
Esta sensibilidad deprimida puede estar originada por una disminución del H+ o un incremento del bicarbonato en el citoplasma de los osteoclastos, alterando sus sistemas enzimáticos.
Una dieta que favorezca los aniones genera un microambiente favorable a la resorción ósea.
Al usar estas dietas, la PHT y la 1,25 (OH2) vit. D3 experimentan un incremento
importante, dos a tres días antes del desencadenamiento del parto, provocando una resorción ósea importante, como así también, un aumento de la digestibilidad y absorción del calcio intestinal.
Conociendo la composición mineral de los componentes de la dieta, es sumamente fácil calcular el balance catiónico / aniónico. Por cuanto, la situación preparto es la que nos preocupa, este balance no deberá exceder nunca de 250 mEq/kg MS.
Para poder llegar a valores de –150 mEq/ kg. de MS en el último mes de gestación, es necesario elegir alimentos con DCAD más bajos (silos de maíz, heno de festuca, granos, en vez de subproductos) mezclados con sales fuertemente negativas como son el sulfato de calcio, sulfato de magnesio y cloruro de amonio.
Si observamos la tabla de alimentos ordenada por DCAD, los forrajes verdes tienen valores más altos, debido al elevado contenido de potasio, este concepto queda reflejado en los valores de dicho elemento, como es la dieta con festuca verde, la que tiene una concentración de 1,95% de K sobre la materia seca total.
En Bolivia, hemos analizado pastoreos de Brachiaria (decumbens y brizantha) arrojando los datos de los cuadros 1 y 2.
Las vacas preparto que consumían estas dos especies forrajeras, sin otro tipo de alimento, en dos establecimientos de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, presentaron diversas patologías puerperales (vacas caídas, retención placentaria, muertes súbitas).
Veamos que el tipo de dieta, en este caso, fue de tipo catiónica con elevada concentración de potasio, relativamente baja en calcio y muy baja en magnesio.
Si nuestro objetivo es llegar a dietas con –100 a –150 mEq/kg de MS, y si se parte de un voluminoso muy positivo, se debe llegar a la neutralidad con mayor cantidad de sales aniónicas.
Manejar a las vacas los últimos días de gestación con elevados forrajes voluminosos verdes y altos valores de DCAD (festuca, brachiarias, praderas mixtas, sorgo forrajero, pasto ovillo) tiene el inconveniente de usar más sales aniónicas que son poco palatables, y el de no poder controlar la cantidad de consumo con altos valores de DCAD.
Esto imposibilita la implementación de la estrategia de uso de las sales aniónicas, pues se desconoce la incógnita más importante: el consumo. Por ello, es imprescindible manejar reservas, ya que permiten el mejor control diario, al tiempo que tienen la DCAD más baja (es fácil llegar a valores negativos).
Los granos tienen valores de DCAD más bajos, por lo que resultan más adecuados para alcanzar valores negativos.
El balancear una dieta con reservas y granos es fácil y requiere pocas sales aniónicas.
Estrategia de la suplementación
La suplementación en la vaca seca depende de dos factores, o aspectos nutricionales. El primero, está referido al estado corporal de la vaca (suplementación con granos) y el segundo, a la suplementación con sales aniónicas.
Con respecto al primero, debe ser evaluado en el último mes de lactancia puesto que si se realiza cuando la vaca está seca difícilmente podamos solucionar problemas inherentes al estado corporal.
Se sabe que la vaca es más eficiente para transformar granos en tejidos cuando está lactando, por lo tanto, al secado la vaca deberá estar en buen estado corporal.
En cuanto al segundo, el período óptimo de suplementación es de 30 días antes del parto, por cuanto al ser las sales de baja palatabilidad, necesita ese período de acostumbramiento.
Consideremos la condición corporal
Los lineamientos comunes sobre calificación corporal óptima se basan en los siguientes factores:
• Las vacas gordas comen menos antes y después del parto, y tienden a bajar su ingestión más pronto ya antes de parir.
Esta condición está relacionada al síndrome de la vaca gorda, patología muy común en los establecimientos donde los intervalos entre partos son mayores a 14 meses con períodos de seca superiores a los 95-100 días, como así también cuando las dietas en el preparto son demasiado altas en energía.
En estos casos recomendamos inyectar con Selenio y Vitamina E (ambos antiditróficos) y algún protector hepático a base de metionina, Cisteína, Arginina), y contemplar la posibilidad de agregar a la dieta Colina elemento imprescindible en la profilaxis de la lipidosis.
• El aumento en la calificación de condición corporal de 2 a 3 al parto, aumenta la producción de leche en 320 a 330 litros durante los primeros 90-95 días después del parto.
Teniendo una calificación de 4 en vez de 3, aumenta solo de 33 a 40 litros en este período con el peligro de sufrir el síndrome de la vaca gorda. Con calificación mayor a 4 no existe aumento de producción, sino una disminución manifiesta con patologías relacionadas al metabolismo lipídico/cálcico (acidosis, desplazamiento abomasal, retenciones placentarias y/o loquiales, coma puerperal).
• La mejor producción de leche ocurre con una calificación corporal entre 3 y 4, independientemente del número de lactancia.
• Mejorar la condición corporal de las vacas flacas (aumento en la escala de 2 a 3) puede elevar la producción de leche hasta en 500 litros en la futura lactancia, y por supuesto, mejora la eficiencia reproductiva.
• Las vacas que tienen menos de 3 puntos en la calificación corporal entre el parto y la primera inseminación artificial, tienen tasas de concepción de 38%, comparadas con el 50% de las que tienen nivel 3, y con el 65% de las vacas que superan esta calificación.
La ingestión de materia seca es el concepto más crítico relacionado con la energía.
La baja ingestión del período preparto, impone la cantidad real de nutrientes a suministrar (kilos de grasa, kilos de fibra, gramos de almidón, y megacaloría de
energía).
Las vacas requieren kilos de nutrientes no porcentajes. Las vacas que consumen más materia seca cuando están próximas al parto tienen mayor ingestión 21 días después del parto.
Todo lo que podamos hacer para mejorar la ingestión de materia seca es ganancia.
Revisando algunos parámetros nutricionales vinculados al consumo podemos evaluar situaciones relativas a la ingestión de nutrientes.
• La adición de almidones con alta degradabilidad ruminal puede mejorar y aumentar la síntesis de proteína bacteriana ruminal cuando los forrajes son ricos en proteínas solubles, elevando la tasa de pasaje de nitrógeno a nivel intestinal.
• La inclusión de 1 a 2 kilos de paja de trigo o fibras de baja digestibilidad puede mantener lleno el rumen y permitir su correcto funcionamiento, evitando de esta manera el síndrome de vaciamiento ruminal, factor clave en el desencadenamiento del desplazamiento abomasal.
• Si se somete a las vacas al principio del período seco bajo una dieta restringida, se puede evitar la ganancia excesiva de peso y la reducción posterior en ingestión de alimentos. Así se evita el desencadenamiento del Síndrome del Hígado Graso.
• La alimentación con niveles importantes de ensilado de maíz en las raciones para vacas próximas al parto ayuda a la ingestión, reduce los niveles de potasio en la dieta, y proporciona almidones fermentables para el rumen.
Si a esto se le puede adicionar maíz de alta humedad en pequeñas proporciones (1 a 2 kilos) la relación de almidones degradables/ altamente degradables, es óptima conduciendo a una excelente transición al periodo postparto.
• Al usar una ración con características similares a la utilizada en el período de lactancia, nos aseguramos una transición sin trastornos digestivos, como es la acidosis ruminal latente, patología subclínica que precede a la Cetosis y al coma hipocalcemico.
• Debemos tener sumo cuidado cuando adicionamos sales aniónicas con muy baja palatabilidad, esto lleva a bajos consumos de materia seca conduciendo a los animales
a graves problemas relacionados a los niveles energéticos.
• Otro de los factores que afectan la ingestión de materia seca es un manejo inadecuado del comedero cuando se incluyen vaquillonas en el grupo, la competencia puede llegar a ser un factor decisivo sobre la ingesta energética. Por lo tanto, las recomendaciones que debemos considerar incluyen:
• Proporcionar energía adicional a las vaquillonas próximas a su primer parto, a las vacas bajo estrés ambiental y a las que tienen más baja condición corporal.
• Desafiar a las vacas próximas al parto que coman más de 14.5 kilos de materia seca (el valor normal es de 11.8 a 12.0 kilos en los últimos 30 días antes del parto). Debemos tratar que las vaquillonas durante este periodo consuman más de 11.5 kilos (el valor normal es de 10 kilos).
• Proporcionar algo de fibra de partícula larga (cantidades limitadas de heno de buena calidad basándonos en sus niveles de potasio y uso estratégico de paja de trigo o avena)
• Debemos incluir forrajes de buena calidad para evitar dietas altas en fibra detergente neutra.
• En la dieta debemos limitar la cantidad de grasa a no más de 100 a 150 gramos por día la cual puede ser suministrada con la incorporación de 1 kilo de semilla de algodón, esto expone a las vacas a una fuente importante de grasa mejorando la ingesta adicional de energía.
• Debemos optimizar los niveles de almidón de alta digestibilidad, tanto a nivel ruminal como intestinal.
Esto estimula, por un lado, el crecimiento bacteriano (síntesis proteica) y, por otro, mejora la oferta de glucosa a nivel del intestino delgado manteniendo, de esta manera, la glucemia a niveles anticetogénicos.
Esto lo podemos lograr con cereales termoprocesados (copos de maíz), o en su defecto, con maíz de alta humedad mezclado con maíz seco molido con zaranda de 10 milímetros.
Consideremos la suplementacion con sales anionicas
Si asumimos que las patologías posparto, fundamentalmente las hipocalcemias comatosas, son prácticamente una especie de intoxicación subclínica por potasio (K) por ser este catión un inductor de alcalosis, es razonable deducir que el uso de las llamadas sales aniónicas es la solución a estos problemas.
Como señalamos antes, las dietas preparto altas en fósforo (más de 80 gramos por día) y bajas en calcio (menos de 40 gramos por día), utilizadas desde los trabajos pioneros de Boda y Cole, dejan de ser eficientes en los sistemas reales de producción actuales donde los niveles de producción son altos, y de ninguna manera podemos reducir en forma sustancial el consumo de forrajes ricos en potasio (K), generalmente henos o silajes de pasturas a base de leguminosas.
Constatar los niveles de potasio del forraje refleja solo una parte del problema, la variación en los aniones, especialmente del cloro (Cl-), también puede tener un gran impacto en la diferencia entre aniones y cationes.
Como vemos, hay variaciones importantes en los niveles de potasio en el silaje de alfalfa y en la pradera los cuales promedian 2.7 y 3.0 respectivamente, con rangos desde 1.4 a más de 4.
Los niveles de sodio son más bajos y no tienen demasiada variación, los de cloro variaron desde 0.01 hasta más de 1.3%, estas variaciones pueden tener un gran impacto en el balance real de aniones y cationes en forrajes y raciones.
Generalmente los niveles de azufre variaron con el contenido de proteína en los forrajes, pues este anión está asociado con los aminoácidos azufrados, por lo tanto encontramos concentraciones que oscilaron entre 0.16 hasta 0.47%.
En el ensilado de maíz también encontramos variaciones importantes, fundamentalmente en el potasio y en el cloro.
Ahora veamos que pasa con las DCAD en los análisis de tres materias primas utilizadas para racionar vacas en transición:
Se puede observar en este cuadro los resultados de los análisis reales de forrajes de tres muestras, los de silo de pasto y los de silo de maíz, difieren en DCAD por el contenido de potasio y de cloro manteniéndose el sodio constante.
Siendo superior el contenido del anión azufre en el silaje de pasturas, es evidente que la cantidad de potasio genera la peligrosa DCAD en este forraje, seleccionando para el uso en las vacas en transición sin duda los silajes de maíz (+82mEq/kg de MS).
El heno si es bajo en potasio (menor de 1.5%) y alto en cloro (superior a 0.19%) es generador de una DCAD menor a 300 mEq/kg MS el cual lo transforma en un nutriente apto sin ser peligroso.
Estos resultados nos demuestran la importancia de hacer análisis de forrajes para determinar el contenido de cationes y aniones fijos y poder de esta manera balancear las dietas correctamente.
Solo de esta manera estamos absolutamente seguros que la estrategia nutricional para vacas secas en transición está en un camino correcto.
Por todo lo expuesto, debemos convenir que el uso de sales aniónicas queda definido por:
• La cantidad de cationes fijos (especialmente K) que tenga la dieta base.
• La posibilidad y conveniencia de reemplazar a los componentes de la dieta preparto que los contengan.
• El potencial de producción de los animales con los que se trabaja. El uso de las sales aniónicas podrá controlar los siguientes problemas:
• Si el ingreso de calcio en el preparto de las vacas de alta producción es de 40 a 45 gr/ vaca/día.
• Si la DCAD (Diferencia Catiónica Aniónica de la Dieta) es superior a los +100 a +200 mEq/Kg MS.
• Si la incidencia de vacas caídas es superior al 3% anual (vacas con más de dos partos),
• Si la mortandad es superior al 20% de los animales caídos.
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