Manejo del estrés por calor en la ganadería bovina
Entrevista al M.V. Jorge Del Campo
Asesor de Invetsa en el área ganadera y gestor de establos lecheros
El presente trabajo periodístico enfoca la opinión del especialista Jorge Del Campo, ante un escenario que experimentamos en el sector pecuario al ingresar a la estación de verano, el estrés por calor en nuestro ganado. De esta manera, el exceso de calor en nuestros animales productores de leche o carne, impacta negativamente generando una inestabilidad térmica que deteriora el normal desempeño del ganado vacuno, llevándolo a mermar su producción e incluso a adquirir enfermedades mortales. A continuación lo invitamos a conocer la valiosa opinión del Dr. Del Campo, sobre cómo podemos mitigar el efecto del estrés por calor en nuestro ganado.
1. ¿Qué impacto puede generar el estrés por calor en nuestro ganado bovino en la estación de verano a la que nos acercamos (diciembre – enero – febrero – Marzo)?
Las mejores condiciones de temperatura y humedad relativa para criar animales, en general, están alrededor de los 13° a 18°C y 60% a 70%, respectivamente. El estrés de calor producido en verano, es una condición física que afecta a los animales criados en la costa y la selva básicamente, aunque no le es ajeno a los animales de valles interandinos, en menor magnitud; afectando principalmente a las razas de origen Bos taurus (europeas) y sus cruces. En él se conjugan la temperatura ambiental, la humedad relativa y la radiación solar, que en exceso producen un aumento de la frecuencia respiratoria y del consumo de agua, para luego agravarse con la disminución del tiempo de rumia, menor desplazamiento, menos consumo de alimento, salivación excesiva y jadeo. El escenario empeora si a ello se suma una escasa ventilación del terreno. En ese sentido, se han establecido indicadores que nos permiten evaluar el efecto del medioambiente sobre los animales, siendo entre varios el ITH (Índice de Temperatura y Humedad) el de mayor uso, donde se puede observar que con niveles superiores a 72 (74 para carne y desde 68 para lecheras), las vacas sufren de estrés de calor, aunque en casos particulares han mostrado esta misma condición con valores inferiores.
Este efecto adverso hace que los animales disminuyan dramáticamente su producción (tanto en lo productivo per se como en lo reproductivo, así como en su salud, incluso poniendo en riesgo su supervivencia, más aún cuando los niveles de producción son muy altos (vacas con más de 30 L leche/día). Durante este periodo se puede llegar a la disminución de la producción entre un 15% y 40%.
En el aspecto reproductivo, es indudable el efecto que el estrés calórico genera sobre el sistema hormonal general de los individuos, afectando negativamente la producción de gonadotropinas y esteroides, así como la supervivencia del ovocito y del espermatozoide, al igual que el desarrollo embrionario en el aparato reproductor de la hembra ocasionando pérdidas en la fertilidad de las vacas, pudiendo alcanzar tasas de concepción de hasta 20%.
2. ¿Qué tipo de manejo debe realizar el productor en esta época del año para mitigar los efectos del estrés por calor en el ganado? Por favor mencionar tanto el caso lechero como el de engorde.
La estrategia debe ir por diversos frentes y según el sistema de explotación. El manejo de sombras es muy importante considerando 4 m2 por animal y una altura mínima de 5 m, de modo que aseguren la ventilación necesaria para facilitar la disipación del calor circundante; en el caso de las explotaciones extensivas sea hace necesario la aplicación de sistemas silvopastoriles, que además de proveer sombras naturales a los animales, también les sirve de fuentes de alimento, haciendo un sistema más sostenible. En cuanto al ganado de engorde, al igual que sistemas intensivos lecheros, requieren de sombras tanto en los corrales como en los comederos, de modo que contribuya al estímulo del consumo de alimento.
Asimismo, el aprovisionamiento de agua fresca, limpia y cercana a los animales, es importante para que tengan una vía adicional para disipar el calor producido, lo que promueve un mayor consumo de alimento, evitando la privación prolongada de éste que genere problemas de intoxicación hídrica. Y, precisamente, sobre el alimento se pueden hacer mejoras en la formulación, buscando insumos que no eleven más la temperatura por la combustión por digestión, haciendo una dieta más densa energéticamente, cuidando de no caer en la acidosis, para lo cual se podría redistribuir la fuente de energía, dando mayor peso al forraje, que éste sea de muy buena calidad, con la cantidad óptima de nutrientes. Además, se debe reestructurar los horarios de reparto del alimento, concentrándolos en momentos de menor temperatura, para evitar la digestión en momentos más calurosos.
Finalmente, en sistemas intensivos, se debe evaluar el uso de ventiladores (de 50 cm de diámetro aprox.) considerando el área de 2 m2/animal o, mejor aún, con asperjado, para darle más confort a las vacas, cuidando siempre el control de los tiempos de exposición, que pudiesen generar problemas neumónicos o cutáneos por exceso de humedad. En Israel, aprovechan los patios de espera para acondicionarlos como túneles de enfriamiento, en los que se someten a los grupos de animales de 45 a 60 minutos por vez, con ventilación continua, en ciclos de 30” de mojado cada 5’; algunos establos en nuestro medio ya están aplicando estos sistemas, con buenos resultados, principalmente en la costa norte del país.
3. ¿Qué cuidados se debe tener en caso existan partos en esta época del año?
La etapa de preparto y posparto, denominada transición, es un periodo crítico en el proceso productivo, en el que la inmunidad disminuye, por lo que el estrés por calor, es un agravante de su condición, por lo que cualquier refuerzo que pudiera ayudar a mantener la inmunidad contribuiría a superar esta difícil etapa. Para ello, puede considerarse la administración de vitamina E y Selenio, vitamina A, sales aniónicas, en caso de tener una dieta demasiado catiónica. El empleo de Propilénglicol y Colina y Metionina protegida, contribuiría a mantener un metabolismo energético saludable y, por supuesto, ofrecer alimento de muy buena calidad, principalmente el forraje, si no fresco, al menos en buen estado de conservación, que implique menor contaminación clostridial y de micotoxinas. El agua, debe ser lo más fresca posible y a libre disposición.
4. ¿Es probable que hayan casos extremos, como muertes de ganado bajo los efectos del estrés por calor? Y de ser así, ¿Cómo los podemos prevenir?
Las muertes pueden producirse como una consecuencia de los cambios fisiológicos e inmunológicos que el estrés calórico produce sobre los individuos, generando el daño sobre el órgano más afectado, o con el patógeno oportunista que aprovecha la caída de la inmunidad para ocasionar enfermedad. Por ello es importante tratar de acercarnos a las condiciones ambientales apropiadas para la especie, para evitar el desequilibrio homeostático que devengan en problemas que mermen el performance del animal.
5. ¿Desearía agregar alguna información adicional que considere importante sobre el tema enfocado?
Sí. No debemos olvidar que estamos tratando con seres vivos, que requieren de condiciones naturales mínimas propias, que les permitan desenvolverse sin inconvenientes para expresar su máximo potencial genético, por lo que debemos hacer los esfuerzos necesarios para que los cumplan, en beneficio de ambos, tanto del animal con su bienestar, como del productor y su economía.
(1) VÉLEZ M, URIBE LF Biosalud, Volumen 9 No.2, julio – diciembre, 2010 págs. 83 – 95
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