Calidad de forrajes: Una herramienta subestimada en la alimentación de las vacas lecheras

Victor Tello Alarcón. 

Ingeniero Zootecnista – Asesor Técnico Privado

Introducción

Las vacas lecheras, al igual que otros rumiantes, pueden convertir forrajes y otros alimentos fibrosos en productos de elevada calidad nutritiva como leche y carne. Los forrajes son generalmente la fuente energética más barata para vacas lecheras. Sin embargo, la capacidad de convertir forrajes a leche está limitada por la digestibilidad de las paredes celulares del forraje. En condiciones ideales de alimentación, la digestibilidad de las paredes celulares en el tracto digestivo suele ser menor de 65%.

Según un laboratorio comercial de Minnesota (EE.UU.), la digestibilidad media de la fibra neutro detergente (FND) del ensilaje de maíz, a las 30, 120 y 240 horas fue 54 (rango: 43-64%), 71 (63-80%), y 74% (66-84%) de   la FND del ensilado de maíz, y 38 (27-49%), 41 (30-52%), 42% (30-53%) de la FND del heno de alfalfa. Usando estos tiempos de la digestibilidad de la fibra en el estimador del índice de Rafrenatto del programa de racionamiento NDS, los índices de degradación de la fibra para el ensilado de maíz y el heno de alfalfa fueron 4,4 y 8,3%/hora, respectivamente. En resumen, estos datos indican que mientras que el ensilado de maíz contiene mayor cantidad de fibra digestible, el heno de alfalfa se digiere mucho más rápido.

Estudios en vacas lecheras

Una serie de tres estudios llevados a cabo en la Universidad Estatal de Dakota del Sur evaluó diferentes concentraciones de forraje en dietas de vacas lecheras de alta producción en varios estados de lactación. En dietas de vacas al principio de lactación, la mezcla de forraje (consistente en 67- 75% de ensilado de maíz y 25-33% heno de alfalfa sobre materia seca; MS) fue sustituido parcialmente por fuentes de fibra no forrajeras (gluten feed y cascarilla de soja).

En el primer experimento (Manthey y col., 2013), las vacas alimentadas con dietas bajas en forraje (45%) mostraron mayor consumo de MS (26,9 vs. 25,2 kg/día) y produjeron más leche corregida por energía (LCE; 41,9 vs. 40,2 kg/día) que las vacas alimentadas con una dieta elevada en forraje (65%).

Datos similares fueron obtenidos en el segundo estudio llevado a cabo por este autor (Díaz-Royón y col., 2014) en el que se encontraron menores consumos y producción de leche (2,9 y 1,9 kg /día de MS y LCE, respectivamente) cuando dietas con alto contenido (61%) fueron comparadas con dietas en bajo contenido en forrajes (46%).

En estos estudios, a pesar de que las dietas fueron balanceadas para aportar cantidades similares de energía, proteína, almidón y fibra, la calidad del forraje no fue suficiente para mantener la producción de las vacas de alta producción consumiendo dietas con concentraciones elevadas en forrajes. El principal motivo fue la disminución en el consumo. Las partículas de fibra forrajera permanecen en el rumen mayor tiempo que las partículas no forrajeras, lo que produce un llenado del rumen, y por consiguiente una reducción en el consumo. En cambio con los forrajes de alta calidad por su menor contenido de Fibra Detergente Neutra (FDN) el consumo no se afecta tanto  como con un forraje de menor calidad y con mayor % de FDN , igualmente en el forraje de mayor calidad por su menor contenido de Fibra Detergente Acida la digestibilidad de la fibra consumida es mucho mas eficiente por cuanto la celulosa ligada a la lignina es mucho menor.

Ensilado de maíz

El ensilado de maíz es una buena fuente de energía y fibra efectiva y un excelente forraje para vacas lecheras. La composición nutritiva media publicada por la Universidad de Wisconsin, obtenida de más de 250.000 muestras fue la siguiente:

•    Materia seca: 33,7% (rango 24,4-43,0%)

•    Proteína: 8,2% (7,2-9,3%)

•    FND: 43,6% (7,7-49,6%)

•    Almidón: 31,8% (24,3-39,3%)

  • Digestibilidad del almidón, estimada in vitro des- pués de 7 horas de incubación en liquido ruminal: 70,4% (45,1-95,6)

En el proceso de fermentación que se produce durante el almacenamiento del ensilado, algunos nutrientes permanecen estables mientras que otros cambian significativamente. Investigadores de la Universidad de Wisconsin evaluaron el efecto del tiempo de almacenamiento en la digestibilidad ruminal de la fibra y del almidón en ensilados de maíz. Estos autores mostraron que mientras que la digestibilidad de la fibra no fue afectada por el tiempo de almacenamiento (55,9% digestibilidad de la FND a las 30 horas), la digestibilidad del almidón se incrementó gradualmente durante el almacenamiento (61,7; 71,5; 79,0 y 83,8% del almidón a los 0, 30, 120 y 240 días, respectivamente).

Figura 1. Digestibilidad del almidón (% almidón total) evaluada in vitro según el tiempo de almacenamiento del ensilado

Del mismo modo, resultados de 15.000 muestras de un laboratorio de la Universidad de Maryland (EE.UU.) mostraron que la digestibilidad del almidón aumentó durante las primeras 27 semanas de fermentación de un 62,3% en la materia fresca al momento de ensilar (semana 0) a más de 76,0% después de 18 semanas de almacenaje (figura 1).

El almidón que es fermentado en el rumen aumenta la producción de propionato y la síntesis de proteína microbiana, mientras que el almidón que escapa a la fermentación ruminal aporta glucosa, que es absorbida o metabolizada en el intestino delgado

Para mostrar los efectos de la digestibilidad del almidón del ensilado de maíz en dietas de vacas lecheras, una dieta que contenía un 40% de silo de maíz con diferentes valores de digestibilidad del almidón fue formulado usando el programa de racionamiento NDS, el cual incluye la última versión del modelo de la Universidad de Cornell. Cuando el ensilado de maíz con una digestibilidad media del almidón (70%) fue incluido en la dieta, esta cubría el 100% de los requerimientos en energía y proteína de vacas produciendo 45 kg de leche. Sin embargo, cuando la digestibilidad del almidón fue disminuida a 45,1%, el aporte de proteína metabolizable (PM) fue reducida en 142 g/día (equivalente a 3,2 kg de leche). Por el contrario, cuando la digestibilidad del almidón del maíz aumentó a 95,6%, el aporte de PM fue 165 g/día superior (3,5 kg de leche).

Cuadro 1.- Comparación del costo por unidad de Energía Neta de Lactancia

Fuente: Elaboracion propia

En el cuadro 1, se muestra un análisis comparativo de cuatro insumos comúnmente usados en alimentación del ganado lechero, con una información nutricional tomada de las tablas normalmente empleadas para la formulación de raciones, donde se ha enfatizado el análisis energético considerando que la producción de leche esta directamente correlacionada con el contenido energético de la ración, por lo tanto al usar fuentes energéticas de menor costo por cada mega caloría de Energía Neta de Lactación ( ENL), el costo de alimentación por litro de leche será menor.

Teniendo en cuenta el contenido de humedad de los insumos comparados, y por estar la información nutricional en base seca se ha calculado el costo de cada insumo por kilo de materia seca y de esta manera se concluye que el ensilado de maíz es el insumo de menor costo por Mega caloría, por lo tanto, los criadores de ganado lechero, deben priorizar la optimización del uso de forraje de buena calidad para empezar a bajar sus costos de alimentación. Al heno de alfalfa se ha comparado con el afrecho y el polvillo por ser insumos que tienen valores proteicos parecidos, pero que muchos ganaderos se preocupan sobremanera cuando no hay disponibilidad o el precio tiene sobre costos y no toman en consideración al heno de alfalfa que presenta un valor  proteico mucho más económico que el polvillo y el afrecho a los precios actuales y pudiendo balancear dietas exclusivamente con silaje de maíz y heno de alfalfa hasta producciones de 12 y 15 litros de leche por día según se alimente a primerizas o multíparas respectivamente, porque como se aprecia en el cuadro comparativo el kilo de proteína cruda del maíz y el heno de alfalfa es más económica que la del polvillo o el afrecho a los precios actuales, con la ventaja adicional de estimular la rumia y disminuir la cantidad y costos de alcalinizantes  en las raciones para  alta producción.

Comparaciones similares se pueden hacer entre otros insumos del mercado, sugiriendo que para una comparación proteica más apropiada de los insumos de elevado contenido proteicos, debe hacerse tomando en consideración la producción de proteína metabolizable.

Conclusiones:

1.- El ganadero lechero, debería aprovechar las ventajas anatómicas y fisiológicas que posee una vaca lechera como rumiante

2.-Para disminuir el costo energético y proteico de la alimentación de vacas lecheras, deben priorizarse el uso de forrajes de alta calidad.

3.- Para optimizar las ventajas del ensilado de maíz, debe usarse después de los 5 meses de ensilado preferentemente.

4.- Con los precios actuales de los insumos, el heno de alfalfa es un económico reemplazante del afrecho y del polvillo en las dietas de vacas lecheras.

5.- Se pueden alimentar los primeros 15 litros producidos por una vaca lechera, solamente con ensilado de maíz y heno de alfalfa sin afectar su condición corporal.

6.-Investigaciones concluidas indican que mientras que el ensilado de maíz contiene mayor cantidad de fibra digestible, el heno de alfalfa se digiere mucho más rápido, por lo tanto, su aporte a la nutrición de vacas lecheras es sinérgica entre ambos insumos y esta ampliamente demostrado que cuanto mejor sea la calidad del forraje suministrado, mayor será la proporción que se puede colocar en la ración total de la vaca lechera y menor será la cantidad de alcalinizantes agregados a la ración, disminuyendo significativamente el costo de alimentación de la vaca lechera, por cuanto la mega caloría de energía neta de lactancia de un forraje de alta calidad, siempre será más económica que la mega caloría de ENL de cualquier otro insumo para concentrados.

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