Consumo de fibra, producción láctea y eficiencia reproductiva de vacas doble propósito (Parte 1)

Autor: MSc. Juan Zárate Martínez

Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

En los sistemas con manejo doble propósito la etapa de transición es totalmente ignorada. Este periodo se caracteriza por una disminución del consumo de alimento, cuya recuperación se produce en una a dos semanas después del parto.

Para disminuir los factores de riesgo del período de transición es importante lograr una progresiva adaptación del rumen, en especial en aquellas dietas donde existen desafíos de cantidad y calidad de alimento, implementar estrategias de suplementación vitamínico-mineral o los nutrientes antioxidantes que mitiguen el estado de inmunosupresión, estrés metabólico y oxidativo en la gestación, lactación y de esta manera prevenir, en vez de luchar con estos problemas y así lograr un impacto sobre el comportamiento productivo y reproductivo (Hans, 2008; Zárate et al., 2010).

Descuidar estos aspectos ocasiona que la vaca tarde más tiempo en quedar preñada nuevamente y a que se requiera mayor número de servicios para preñarla, lo cual va en contra de la eficiencia del hato. El mejoramiento de los esquemas de manejo, con una alimentación funcional, amamantamiento restringido, destete Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) temporal para reiniciar la actividad ovárica, inducción y sincronización de la ovulación temprana con protocolos hormonales, deben contribuir a mejorar el comportamiento reproductivo del ganado bovino cruzado en el trópico de México (Zárate et al., 2010).

El objetivo del trabajo, fue evaluar la producción de vacas del trópico de México alimentadas con dos niveles de fibra detergente neutro (FDN) y su efecto sobre la eficiencia reproductiva, induciéndolas a ovular con un protocolo hormonal e Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF).

Materiales y métodos

El estudio se realizó de agosto de 2017 a diciembre de 2019 en el Campo Experimental La Posta del INIFAP, ubicado en Paso del Toro, Veracruz, México, en el kilómetro 22.5 de la carretera federal Veracruz- Córdoba. La altura sobre el nivel del mar es de 16 m. El clima de la región es calientesubhúmedo, con precipitación pluvial y humedad relativa promedio anual de 25°C, 1,461 mm y 75%, respectivamente (García, 2004). Se utilizaron 27 vacas multíparas Holstein x Cebú, las cuales ingresaron al estudio 30 días antes del parto y se alojaron en corrales individuales hasta los 70 días posparto. Del día 30 al día 15 del período preparto, a todos los animales se les ofreció una cantidad fija de concentrado (2 kg) con 16% de PC y 70% de TND y heno de pasto pangola (Digitaria decumbens) a discreción. Quince días antes de la fecha probable de parto, las vacas se asignaron aleatoriamente a dos tratamientos: T1= 4.5 kg de concentrado/vaca/día y T2= 3.0 kg de concentrado/vaca/día, en forma alternada, hasta completar 14 y 13 repeticiones en T1 y T2, respectivamente.

El forraje se ofreció a discreción. Se pesó lo ofrecido y al día siguiente el sobrante. Por diferencia entre lo ofrecido y el sobrante, se estimó el CV de forraje por día, de acuerdo con el requerimiento nutricional de las vacas, estimado con el Cornell Net Carbohydrate and Protein System (CNCPS), con base en la producción de leche. Al parir, las vacas se ordeñaron una vez al día, en la mañana, con el apoyo del becerro. Ocho horas después del ordeño, se permitió que los becerros que mamaran durante una hora.

El peso corporal (PC) de las vacas y sus becerros, así como la condición corporal (CC; escala 1 a 9) de las vacas, se midió cada 14 días. La producción de leche se calculó diariamente, mientras que la composición de la leche (grasa, proteína y lactosa) se estimó cada 28 días.

El contenido de nutrientes en la dieta se determinó tomando cada 3 meses muestras de forraje y concentrado ofrecidos durante el período experimental, para realizar análisis de composición química. Para concentrado y forraje, se tomaron dos
muestras de 500 g c/u, una muestra se secó a 100°C durante 24 h para determinar contenido de MS; la otra se secó a 55°C
hasta obtener peso constante. Se determinó MS, cenizas, grasa, proteína cruda y las fracciones de FDN, FDA y lignina, así
como las fracciones de nitrógeno mediante el método estandarizado, de acuerdo con la estructura del CNCPS (Licitra et al., 1996).

Para estimar el aporte de nutrientes y los requerimientos nutricionales de las vacas en los dos tratamientos, se usó el programa CNCPS V 6.5.5.1. Para el seguimiento diario del comportamiento nutricional de las vacas por tratamiento, se consideraron variables ambientales (temperatura ambiental y humedad relativa), de manejo (estabulación en corrales individuales), de raza (cruzadas Holstein x Cebú), fisiológicas (peso y condición corporal, edad al parto, número de partos,
producción y composición de leche), del alimento (consumo de concentrado y forraje, y composición química nutricional
del concentrado y forraje).

La información se agrupó en periodos de 15 días antes del parto, hasta 45 a 60 días posparto. Las comparaciones entre T1 y T2 en cada período se realizaron con la prueba T de student. Las implicaciones nutricionales en estos períodos impactarán el inicio de la actividad ovárica posparto y el comportamiento reproductivo subsecuente en las vacas de cada uno de los tratamientos. A las vacas del T1, a partir de la aparición de un folículo de 10 mm, o a más tardar a partir del día 70 de posparto, el cual se consideró como el día 0; se les indujo el estro y la ovulación con un protocolo que constó de un dispositivo intravaginal (DI) con 1.9 g de progesterona 2 mg de benzoato de estradiol. El DI se retiró a los ocho días y se aplicó una inyección IM con 25 mg de PGF2, 0.5 mg de cipionato de estradiol y 400 UI de eCG.

Los becerros se destetaron por 72 h (destete temporal), comenzado en el momento de remoción del DI (día 8) hasta el día de la IATF (día 10). El manejo reproductivo de las vacas del T2 fue similar al de las vacas del T1. Para las variables reproductivas se aplicó un diseño completamente al azar por medio de PROC GENMOD del programa SAS. Días abiertos e intervalo entre partos se analizaron con el procedimiento GLM de SAS (SAS, 2011).

Resultados y discusión

En el Cuadro 1 se presentan las condiciones nutricionales 15 días antes del parto. La similitud en las condiciones fisiológicas permitió observar consumos de MS muy similares entre tratamientos, a excepción del consumo de concentrado que estuvo experimentalmente controlado, ya que a las vacas del T1 se les ofreció más que a las vacas del T2 (4.46 vs 3.12 kg/vaca/d).

La repercusión en menor consumo de concentrado de las vacas del T2 se debió a que intentaron compensar el déficit de nutrientes consumiendo más forraje (6.25 vs 7.37 kg MS/día). Estadísticamente no se manifestó esta tendencia (p=0.27), debido a que el consumo de FDN impone un freno por la limitada capacidad ruminal que la gestación condiciona. Aun así, las vacas del T2 consumieron más FDN (38 vs 44% de la dieta; p<0.05) que las vacas del T1.

El incremento en el consumo de forraje hasta donde la FDN permitió, logró compensar el aporte de EM y PM, siendo similares para ambos tratamientos, aunque en el balance de nitrógeno se muestra un déficit de NH3 en el rumen en los dos tratamientos, siendo más acentuado en el T2 (89 vs 86% del requerido; p=0.02).

La primera variable fisiológica que se modifica al inicio de la lactación fue la CC. Las vacas del T2 presentaron menor CC que las vacas del T1, consecuencia de mayor utilización de recursos energéticos corporales para soportar la lactación, debido, en parte, a un limitado consumo de MS de las vacas del T2 con respecto al de las vacas del T1. Aun cuando hubo un intento por compensar consumiendo más forraje (p=0.08), éste no fue suficiente, perjudicando la relación leche/alimento al producir solo 0.56 kg de leche por kg de alimento consumido, encareciendo el producto (3.34 vs 4.89 $/kg de leche; p=0.03).

Con casi 50% de FDN en la dieta, las vacas del T2 no tuvieron la capacidad de consumir más allá de 3.2 kg de FDN. El impacto esperado fue no solo menor consumo de energía (33.1 vs 28.2 Mcal; p=0.03), sino en la distribución de la misma ya que, aunque ambos tratamientos tuvieron los mismos requerimientos de EM de mantenimiento, las vacas del T2 dispusieron de menor EM para lactación y tendieron a prevenir una caída más drástica de la CC al destinar casi el triple de energía para reserva (Mcal/d) con relación al T1 (1.0 vs 2.77; p=0.14). La consecuencia fue de 4 kg de leche/d menos en las vacas del T2 (15.7 vs 11.8; p=0.03) durante este período.

Ambos tratamientos tuvieron deficiencia de amonio ruminal para los niveles de materia orgánica consumida. Después de los 30 días postparto hubo recuperación de la CC en las vacas del T2, acompañada de pérdida de PC, a diferencia de las vacas del T1, que mantuvieron el PC, pero con pérdida de CC.

Tratamiento 1= consumo de 4.5 kg de concentrado/d; Tratamiento 2= consumo de 3.0 kg de concentrado/d; PC=
Peso corporal; DE= desviación estándar; EEM= error estándar de la media.

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