Maíz chala chocleado como base forrajera de la ración alimenticia para vacas lecheras (Parte I)

AUTORES:  José, Almeyda Matías 1 Judith, Sánchez Gamarra 2

                   1. Docente Principal- Universidad Nacional Agraria la Molina

                   2. Docente Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión    

 

JUSTIFICACIÓN

En los últimos años, los criadores de vacas de razas especializadas para producción de leche bajo  sistemas de crianza intensiva ubicados mayormente  en la costa, han implementado novedosos y modernos programas de selección para la mejora genética de sus animales, gracias al advenimiento de técnicas de genética molecular así como la secuenciación del genoma; que, asistida por las técnicas biotecnológicas reproductivas, han logrado mejoras sustanciales en la calidad genética de sus animales.

Producto de esta mejora, los ganaderos disponen de vacas con alto potencial genético para producción de leche, las mismas que son muy exigentes en su alimentación, requiriendo de raciones balanceadas de alta calidad nutricional para  expresar y soportar altos rendimientos de leche durante toda su campaña productiva. Sin embargo, vienen pasando por una situación muy crítica en la alimentación, siendo dos aspectos que de manera directa los viene afectando:

A) Limitada disponibilidad, baja calidad y alto precio del forraje tradicional (maíz chala). La limitada disponibilidad se debe fundamentalmente a los bajos rendimientos logrados, al alto costo de producción así como al elevado valor del terreno agrícola. La baja calidad  se sustenta en la limitada producción de mazorcas (choclos) y a la cosecha  muy temprana del forraje, donde la chala tiene un bajo nivel de materia seca. Todo lo indicado, es producto de la escasa tecnificación aplicado por los productores en la siembra y durante  todo el proceso de producción, cuyo producto logrado es una chala con bajo valor nutricional  y de alto precio.

Ante esta situación; los ganaderos buscan alternativas para intentar suplir el reemplazo del forraje tradicional, por lo que optan por la utilización de residuos de cosecha como: la panca seca, las brozas de esparrago y alcachofa. De esta manera están exponiendo a sus vacas de alto potencial genético a una  deficiente alimentación.

B) Utilización de forrajes de baja calidad nutricional: Para equilibrar los nutrientes faltantes debido a los pobres valores nutricionales  de los residuos de cosecha; los especialistas en nutrición se ven obligados a recomendar la inclusión de mayores cantidades de concentrado en las raciones balanceadas, encareciendo la alimentación, debido a la utilización  de insumos importados   como maíz amarillo grano y  torta y harina de soya, los mismos que han incrementado sus precios en 68,1 y 47,3% respectivamente.

De la actual realidad descrita, al parecer los ganaderos  no están valorando lo importante que significa la utilización de  forrajes de calidad en la alimentación de vacas de alto potencial genético. Se observa poco interés en aplicar las recomendaciones técnicas y científicas de los especialistas, quienes de diferentes formas indican que el forraje de calidad es el soporte fundamental de una eficiente alimentación en términos nutricionales y que además tiene un efecto importante en la reducción del costo de la ración alimenticia.

Finalmente es importante precisar, que los especialistas en nutrición, elaboran raciones alimenticias para que las vacas especializadas; sostengan las altas exigencias en valores nutricionales para lograr altas producciones de leche y que además contribuya; a mejorar el desempeño reproductivo, a sostener una buena salud y sin afectar el medio ambiente.

Por las razones sustentadas, el objetivo de este artículo es contribuir con los ganaderos para que apliquen y desarrollen tecnologías apropiadas para la producción de maíz chala chocleada de calidad para mejorar  la alimentación de sus vacas basada en que es la mejor opción para lograr altos rendimientos de leche y que además  le permita  bajar sus costos de producción.

CONCEPTOS FUNDAMENTALES

Para orientar a los ganaderos es importante y pertinente recordarles algunos conceptos técnicos fundamentales que deben considerar, para que comprendan mejor, la utilización de forrajes en la alimentación de vacas especializadas para producción de leche:

  • El forraje es indispensable y prioritario en cualquier ración alimenticia de vacas, debido a que es la principal fuente de nutrición y porque al ser proporcionado en cantidades adecuados garantiza la funcionalidad y estabilidad ruminal del estómago.
  • Científicamente se ha demostrado que, los forrajes de calidad son la fuente de energía más barata para la alimentación de vacas  productoras de leche comparada a otros insumos.
  • Se ha evaluado, que la mejor forma para determinar un precio justo a pagar por un forraje, es sobre la base de su contenido de materia seca.
  • Los especialistas indican que el estado de madurez del forraje es uno de los factores que más afecta su calidad, en este sentido cuando mayor es el  grado de madurez habrá  mayor cantidad de fibra, hay una  reducción en su digestibilidad y habrá un menor consumo de materia seca.
  • El alimento concentrado es un complemento de la ración y no un sustituto del forraje
  • Un forraje de mala calidad no permite conseguir los rendimientos productivos deseados y obliga al productor a incrementar la suplementación de concentrado reduciendo así el margen neto de la explotación.

 

FUNCIONES DE LOS FORRAJES EN LA ALIMENTICIÓN DE VACAS

Es de suma importante entender con mucha claridad, cuáles son las funciones que cumplen los forrajes en la alimentación de vacas, partiendo de un principio científico  en que la vaca es un rumiante que es capaz de convertir los forrajes y otros alimentos fibrosos en alimentos de excelente calidad nutritiva como la leche; gracias a la flora ruminal establecida en el  rumen.

En este sentido los forrajes cumplen dos funciones fundamentales:

  • Mantienen un rumen saludable porque favorece la rumia, la misma que induce a una mayor producción de saliva, con lo cual se logra mantener un pH estable y además favorece el crecimiento de las bacterias (flora ruminal) garantizando una estabilidad ruminal.
  • Permite el mantenimiento de una composición óptima de los constituyentes de la leche producida.

BAJA CALIDAD VERSUS ALTA CALIDAD DE LOS FORRAJES

 La baja calidad nutricional de los forrajes es un  problema   cada vez más recurrente en la costa central, donde el principal forraje utilizado  para la alimentación de vacas es el maíz chala, la misma que es cultivada por agricultores que sin mayores criterios técnicos lo producen  bajo el concepto de  lograr altos  rendimientos de masa forrajera con elevada humedad  pero  con escasa cantidad de granos (choclos), es decir un   forraje con reducida calidad nutricional y con bajo nivel de materia seca . Por tanto, el ganadero se ve afectado al pagar un alto precio por un forraje de baja calidad debido a su alta humedad y su bajo contenido de materia seca

Una alta producción de leche no se logra alimentando a las vacas con forrajes de baja calidad.

Cuando se utiliza un forraje de maíz chala de baja calidad, los especialistas en nutrición buscan e intentan equilibrar los nutrientes faltantes, la misma que tiene los siguientes efectos negativos para el productor: raciones más caras, reducción del consumo de materia seca, así como una disminución de la producción de leche.

Ante esta situación los ganaderos optan por una fácil solución, incrementan el nivel de uso de concentrado en detrimento de la fracción de forraje en la ración. Sin embargo, esta forma de racionamiento eleva el costo de la ración alimenticia y subestima el valor nutricional del forraje por los rumiantes.

Con la finalidad de ayudar a los ganaderos, haciendo notar que es evidente que el problema no es que el maíz chala sea un mal forraje, sino que no es cultivada con criterios tecnológicos, por tanto la idea es proponer tecnologías para que los ganaderos sean capaces de  producir su propio forraje, en este caso producir un maíz chala de calidad, con altos rendimientos de masa forrajera y  con la mayor  cantidad  de granos (mazorcas  o choclos). Del mismo modo orientar a los ganaderos para que hagan la cosecha cuando la chala esté en un  óptimo estado nutricional (estado de madurez); evaluado a través de su contenido de materia seca. En este sentido cuando el valor de materia seca está entre  25 a 29% se  cosecha para ser utilizado  como forraje fresco  y cuando el valor de materia seca está entre 30 a 35 % se cosecha para ser ensilado. En ambos casos constituirá un forraje de alta concentración energética, es decir de alta calidad; constituyéndose en la fracción de base para la alimentación de vacas.

Científicamente está demostrado que las megas calorías de energía neta de lactación (ENL) de un forraje de alta calidad como la del maíz chala siempre serán más económica que la mega caloría de ENL de cualquier insumo para concentrado o del propio concentrado.

Estudios realizados demuestran que alimentar a las vacas solo con forraje de alta calidad se garantiza la producción de los primeros 15 a 18 litros de leche.

Por otro lado; considerando la volatilidad del precio de la chala es importante que los ganaderos asuman iniciativas de cobertura anticipada de este insumo y motivarlos para que consideren de manera estratégica el uso de técnicas de conservación (como el ensilaje) para almacenar y guardar un forraje de calidad a bajo precio aprovechando la época de abundancia, para una disponibilidad constante y permanente principalmente en los periodos críticos de escasez.

Finalmente es recomendable que el ganadero considere que producir su propio forraje es la mejor opción y que estará en condiciones de garantizar la producción de un forraje de alta calidad y que además le permitirá bajar su costo de producción ya que el forraje en el principal insumo que permite proveer de energía al más bajo costo.

 

 

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